Una
de las mujeres más destacadas del Psicoanálisis es Anna Freud, no se debe a su
ilustre apellido, más bien a sus aportes al psicoanálisis infantil y sus
aportaciones en el campo de la psicología del yo.
Anna entendía por mecanismos de defensa las distintas
modalidades, en parte inconscientes, que el yo pone en marcha con la finalidad
de suprimir las excitaciones internas, junto con los recuerdos y fantasmas que
comportan.
El término “mecanismos de defensa” se emplea para describir las
luchas del yo contra ideas y afectos dolorosos e insoportables. Sirven para la
protección del yo contra las exigencias instintivas. Sin duda es un
proceso psicológico automático que protege al individuo de la ansiedad y de la
conciencia de amenazas o peligros externos o internos. Los mecanismos de
defensa mediatizan la reacción del individuo ante los conflictos emocionales y
ante las amenazas externas.
Los nueve métodos de defensa, bien conocidos y extensamente
descritos en la teoría y la práctica del Psicoanálisis son:
Represión
2.
Regresión
3.
Formación reactiva
4.
Aislamiento
5.
Anulación
6.
Proyección
7.
Introyección
8.
Vuelta contra sí mismo
9.
Transformación en lo contrario
Podemos
agregar un décimo, más propio del estado normal que de las neurosis: la
sublimación o desplazamiento del objeto instintivo.
1. Represión
Mecanismo
de defensa que consiste en rechazar fuera de la conciencia todo aquello que
resulta doloroso o inaceptable para el sujeto. El individuo se enfrenta a
conflictos emocionales y amenazas de origen interno o externo expulsando de su
conciencia o no dándose por enterado cognoscitivamente de los deseos,
pensamientos o experiencias que le causan malestar.
El
componente afectivo puede mantenerse activo en la conciencia, desprendido de
sus ideas asociadas.
Sigmund
Freud utilizó con frecuencia este concepto en el psicoanálisis. Según Freud, la
represión es un mecanismo inconsciente que hace inaccesible a la mente
consciente el recuerdo de hechos dolorosos o traumáticos, y postula que
reprimir una respuesta no suprime el motivo que la inspiró. Las ideas o deseos
reprimidos seguirán influyendo en la conducta del individuo y se manifestarán
de una forma u otra a través de los sueños, lapsus o determinados síntomas.
2. Regresión
Mecanismo
de defensa que consiste en regresar a períodos anteriores del desarrollo o a
comportamientos antiguos, que eran más satisfactorios.
Consiste
en reproducir conductas, sentimientos, etc., típicos de períodos anteriores del
desarrollo de la personalidad. Por ejemplo: repetir conductas infantiles en la
edad adulta.
3. Formación reactiva o “Creencia en lo opuesto”
Mecanismo
de defensa por el cual el individuo se enfrenta a conflictos emocionales y
amenazas de origen interno o externo sustituyendo los comportamientos, los
pensamientos o los sentimientos que le resultan inaceptables por otros
diametralmente opuestos. La persona que elabora formaciones reactivas modifica
la estructura de su yo como si el peligro estuviera siempre presente, de este
modo origina rasgos caracterológicos que no son completamente efectivos para el
sujeto.
Ejemplo:
Un
niño. Enfadado con su madre, puede volverse un niño muy preocupado por ella y
demostrarle mucho cariño.
El
niño que sufre abusos por parte de un progenitor, se vuelve hacia él corriendo.
4.
Aislamiento
Mecanismo
de defensa, típico de la neurosis obsesiva. Un hecho, una idea, una impresión,
intolerado por el sujeto, es sacado de su contexto. Durante esa pausa, en esa
tierra de nadie, “ya nada tiene derecho a producirse, nada se percibe, ninguna
acción se realiza”. Freud compara este mecanismo con el proceso normal de
concentración, en que el sujeto se esfuerza en que su pensamiento no se desvíe.
El
Aislamiento consiste en separar la emoción (o el afecto) de un recuerdo
doloroso o de un impulso amenazante. La persona puede reconocer, de forma muy
sutil, que ha sido abusada de pequeña, o puede demostrar una curiosidad
intelectual sobre su orientación sexual recién descubierta. Algo que debe
considerarse como importante, sencillamente se trata como si no lo fuera.
5.
Anulación o reparación
Consiste
en la realización de un acto determinado con el fin de anular o reparar el
significado de uno anterior.
6.
Proyección
Mecanismo
de defensa que consiste en atribuir a otros, y en general al mundo exterior,
motivaciones que se rechazan o no se reconocen en uno mismo. Al comparar
pensamientos, intenciones, afectos o conflictos internos con los demás,
justificamos nuestros propios deseos.
La
proyección como mecanismo de defensa, común en todos los individuos, es causa
de errores de juicio que se corrigen mediante una sana autocrítica, aunque como
patología mental está presente en los delirios alucinatorios y en las
paranoias.
7.
Introyección
La
Introyección, muchas veces llamada identificación, comprende la adquisición o
atribución de características de otra persona como si fueran de uno,
probablemente sea porque resuelve algunas dificultades emocionales en mi propio
self.
Por
ejemplo, si se le deja solo a un niño con mucha frecuencia, él intenta
convertirse en “papá” de manera de disminuir sus temores. En ocasiones les
vemos jugando a con sus muñecos diciéndoles que no deben tener miedo. También
podemos observar cómo los chicos mayores y adolescentes adoran a sus ídolos
musicales, pretendiendo ser como ellos para lograr establecer una identidad.
8.
Vuelta contra sí mismo (agresión contra si mismo)
Agresión
contra el propio self es una forma muy especial de desplazamiento y se
establece cuando la persona se vuelve su propio blanco sustitutivo. Usualmente
se usa cuando nos referimos a la rabia, irritabilidad y la agresión, más que a
impulsos más positivos. Constituye la explicación freudiana para muchos de
nuestros sentimientos de inferioridad, culpa y depresión.
9.
Transformación en lo contrario
La
transformación en lo contrario y la vuelta contra sí mismo probablemente sean
independientes del grado estructural psíquico alcanzado, y tan antiguos como
los instintos, por lo que constituyen los mecanismos de defensa más primitivos
empleados por el yo.
Sublimación
Este
mecanismo de defensa se manifiesta en forma de desplazamiento en el que la
energía se desvía hacia un objeto que tiene unos valores ideales. El individuo
se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas de origen interno o externo
canalizando sentimientos o impulsos potencialmente desadaptativos en comportamientos
socialmente aceptables (p. ej., deportes de contacto para canalizar impulsos
agresivos).
La
sublimación no es más que una forma de satisfacción de una necesidad a través
de un substitutivo.
Por
lo que hasta ahora se sabe, el yo dispone de estos diez diferentes métodos en
sus conflictos con los representantes del instinto y del afecto. Ahora solo
queda la tarea por parte del psicoanalista de descubrir en qué medida
intervienen estos métodos en los procesos de resistencia del yo y de formación
de síntomas durante el proceso terapéutico.
Anna Freud.
El yo y los mecanismos de defensa. E. Paidos. España. 1980. 1º reimpresión
http://elpsicoasesor.com/los-nueve-mecanismos-de-defensa-anna-freud/